Saturday, May 19, 2007



Horacio Quiroga,
La Insolación

Milk, el padre del cachorro, cruzó a su vez el patio y se sentó al lado de aquél, con perezoso quejido de bienestar. Ambos permanecían inmóviles, pues aún no había moscas. Old, que miraba hacía rato la vera del monte, observó:
-La mañana es fresca.
Milk, siguió la mirada del cachorro y quedó con la vista fija, parpadeando distraído. Después de un momento, dijo:
-En aquel árbol hay dos halcones.
Volvieron la vista indiferente a un buey que pasaba, y continuaron mirando por costumbre las cosas.