Monday, November 10, 2008


N.G., Almas muertas

Todo hombre se siente más afectado por unos temas en particular que le son más queridos que otros. Y a menudo, de improviso, en un rincón perdido, una verdadera Tebaida, se encuentra a alguien cuya conversación reconfortante hace olvidar los caminos deshechos, las malas posadas, la vana agitación contemporánea, el engaño de las humanas ilusiones. La velada que trascurre así se graba para siempre en la memoria, que guarda fielmente todos sus detalles: los asistentes, el lugar que ocupaba cada uno, lo que tenía en las manos, las paredes, los rincones, la menor bagatela.